La obra de Lydia Mingorance se construye a partir de colores vivos y trazos aparentemente sencillos que narran una historia de superación personal y amor por la vida. Tras verse privada de muchas de sus capacidades, esta artista comenzó a pintar como terapia para recuperar la movilidad de sus manos, pero pronto descubrió que la huella que dejaba el pincel sobre el lienzo era mucho más que un ejercicio. La pintura se ha convertido en su voz y la vía para expresar todo lo que ya no puede decir con palabras. Cada cuadro tiene un pedazo de su corazón, cada detalle es una batalla ganada.
“El color de la vida, superación en color” muestra el trabajo desarrollado por la artista entre finales de 2014 y la actualidad. Dos años marcados por la irrupción de una enfermedad degenerativa en su vida, por un viaje del dolor inicial al optimismo, de las dificultades diarias a la oportunidad de pararse a mirar con tranquilidad lo importante de la vida. La obra de Lydia nos habla de un recorrido introspectivo, de conocimiento interior y de reconocimiento a lo que le rodea, en el que sobra todo lo superfluo y en el que la técnica cede todo el protagonismo a la emoción.
Los cuadros de esta artista están mayoritariamente inspirados en personas y lugares que han sido o son importantes para ella. Su trazo evoluciona a lo largo de las distintas paredes de La Guajira, desde los dibujos iniciales, caracterizados por la simplicidad y los colores planos, hasta obras llenas de detalles y de color que muestran un estilo propio. En el pasado quedan las marinas y paisajes muy elaborados que realizaba por encargo en su otra vida y que no tenían nada que ver con su obra actual, su obra personal.
Web de la artista http://sin-limtes.blogspot.com/