Hay cierta magia creada por la decadencia arquitectónica urbana. Escenarios olvidados presos del tiempo se convierten en fuente de inspiración.
Al verlos, la mente se plantea preguntas sobre recuerdos de un pasado palpable, evidenciando nuestra propia transitoriedad, a medida que nos transformamos en sujetos de pura contemplación.
Rocío Capel convierte esas viejas fachadas en historias a medio contar, abriendo, literalmente, una puerta a lo que pudo haber sido ese lugar. Con un trabajo a base de fotografías llenas de color y desconchones, la artista troquela puertas y ventanas que deja a medio abrir invitándonos a vislumbrar parte del interior. ¿Hay algo más tentador que una ventana a medio abrir? Estas puertas representan la vida misma, nuestros límites, nuestros miedos, nuestras barreras, un alto en el camino ….pero también representan nuevas posibilidades, nuevas oportunidades. ¿Te atreves a abrirlas?