Después del vendaval (meteorológico y metafórico) que vivimos la noche del sábado, toca recuperar la calma y empezar a digerir lo que pasó sobre el escenario del Maestro Padilla… El cartel ya lo anunciaba: La Lupi por un lado y Ana Alonso & Isabel Ramírez por otro, maestra y alumna, una bailaora con toda una vida sobre los escenarios frente a bailaoras con toda una vida por delante. Emoción, arte, técnica, sinergias y flamenco, mucho flamenco es lo que se vivió sobre esas tablas. Frente a ellas, un auditorio prácticamente lleno que jaleaba y aplaudía cada genialidad de los artistas sobre el escenario. Y en medio, nosotros, corriendo entre bambalinas, manejando proyecciones, grabando lo que pasaba, repartiendo fliers e intentando disfrutar, a peazicos, lo que pasaba sobre las tablas.
Es tanto el trabajo y la ilusión que hay detrás de un festival como este que, cuando termina, te quedas un poquito como vacío… con una mezcla de pena porque ya ha pasado, alivio porque ya ha pasado, alegría porque ha salido bien (con todo lo que no salío bien incluido), cansancio, todo el cansancio,…y extraño, como si te faltar algo o alguien con el que has pasado mucho tiempo últimamente. El domingo, mientras descansas, empiezas a repasar los momentos del día anterior: los dos contenedores que viste volar en la AVenida Cabo de Gata mientras ibas a montar la escenografía por la mañana, Vero, Manuel y Jose llenando el escenario de ropa tendida (recolectada entre los guajiros previamente), los abrazos y las risas en camerinos al encontrarse La Lupi y Ana (su discípula) e Isa, la guitarra de Curro de María mientras entrevistábamos a La Lupi, la gente entrando practicamente a volandas al Auditorio, Jesús preparando una presentación de última hora para sustituir a Pepe Céspedes, los asientos llenándose por todas partes, Pietro y Andrea (voluntarios de Erasmus + y compañeros durante estos meses) colocando y recolocando cámaras a toda prisa, Manuel proyectando pedacitos de Almería sobre la ropa tendida… un telón que se abre, Cristo, Edu, Ana e Isa golpeando una mesa con los nudillos… y arranca el espectáculo. Casi dos horas de cante y baile que se nos quedaron cortos (y eso que no habíamos cenado) y de las que han dado buena cuenta crónicas como las publicadas en de Columnacero o Diario de Almería.
Ahora toca recopilar fotos y vivencias, editar vídeos para mostraros lo que no pudisteis ver desde las butacas, saborear la grandeza de esa Lupi que con su sola presencia llena el escenario y de unas Ana e Isa que se entregaron derrochando la emoción que le impregnaba al dar paso a su maestra, el magistral papel que hicieron nuestros Cristo Heredia y Edu García, la lección de compás de Moisés Santiago, siempre capaz de sacar nuevos matices al cajón, las guitarra de Antonio Luis López y del maestro Curro de María, las poderosas voces de «El Pechuguita» y Manuel Tañé al que sobraba cualquier micrófono.
Nos harían falta dos meses de ivernación para digerir bien lo vivido, como la boa de «El Principito», pero nos vamos a tener que contentar con estos días porque La Guajira no cierra, hay que seguir trabajando para mantener esto vivo y en pie (y para que se hagan realidad todos los planes que tenemos pendientes).
No queremos cerrar este repaso sin volver a daros las gracias por estar ahí, por responder a la llamada y ocupar vuestros asientos a pesar del vendaval que amenazaba con llevarse el auditorio por delante. Tampoco pueden faltar, de nuevo, nuestros agradecimientos a los patrocinadores, empezando por nuestro colaborador principal, el Ayuntamiento de Almería, por cedernos el auditorio y ser el mayor mecenas de la cita, y a Fundación Unicaja y Estrella de Levante, por darnos también un importante soporte. También valoramos mucho el esfuerzo que han hecho ocho pequeñas empresas que se han convertido en promotores de la cita en la medida de sus posibilidades. Hablamos de: Almazara de Lubrín, Murex Factoría de Color, Bodega Barea Granados, Todoeventos Almería y las escuelas y academias de baile El Jaleo, Ana Alonso, Yolanda Urios y Adagio. A todos vosotros… ¡GRACIAS POR AYUDARNOS A CRECER Y SEGUIR SOÑANDO! Nos vemos en La Guajira.