¿Quieres que el piano se quede? from La Guajira on Vimeo.
Llegó en octubre de 2012, casi no cabía por la puerta, esperábamos nerviosos que lo subieran al escenario. Estaba reluciente, junto a todos los trastos reciclados y muebles viejos que lo rodeaban. Su llegada fue un hito en una Guajira que daba sus primeros pasos y se andaba aún consolidando como una realidad en Almería.
La culpa de que tengamos un piano en La Guajira es de Bori Albero. Él quería dar clases de piano y andaba fantaseando con que compráramos uno, por aquel entonces La Guajira tendría unos 120 socios (amigos y familia), no tenía ni equipo de sonido propio y mucho menos los más de 3.000€ que costaba el instrumento. Entonces llegó Pablo Mazuecos (que también tuvo su parte de culpa en esto) y nos contó eso de que se podía tener en renting. Rápidamente se activaron nuestras ansias musicales y creadoras y empezamos a visualizar todo lo que podría pasar si tuviéramos ese piano. Bori se ofreció a pagar una parte de la cuota mensual, el resto lo asumió la asociación y así empezó esta bonita relación que tantas satisfacciones nos ha dado.
El piano ampliaba nuestro mundo de posibilidades y nos abría una puerta por la que podían entrar músicos a los que siempre habíamos admirado y que soñábamos con tener aquí. Echando la vista atrás, es emocionante ver cómo eso que imaginábamos como utópico se acabó haciendo realidad y pudimos disfrutar de grandes pianistas que creíamos muy lejanos como Chano Dominguez, José Carra, Alfonso Aroca y otros que tenemos aquí cerca como Pablo Mazuecos.
Son más de 700 noches las que atesoran estas teclas. Flamenco, jazz, improvisación, música clásica, algún que otro porrazo infantil… No queremos dejarlo ir, ni seguir pagando cuotas que ya no suman, por eso hemos puesto en marcha el crowdfunding #ImpulsaGuajira.
Somos una asociación pequeña, pero eso nunca nos ha impedido soñar… y ha sido gracias al apoyo de otros soñadores que se han sumado a nuestras locuras, apoyándolas con su trabajo, con su arte o con pequeñas aportaciones económicas que nos han permitido pagar las facturas. Hoy os invitamos a uniros una vez más y colaborar para que La Guajira se consolide, haciendo que el piano se quede para siempre entre nosotros.